EL DIVÁN DEL PUMA
DOLOR NUESTRO DE CADA DÍA.
Nuestro invitado el Doctor PABLO RUIZ BETETA,
anota: “nos ha impulsado a escribir este artículo un profundo sentimiento de
simpatía hacia los que sufren un dolor rebelde e irresoluble, así como el deseo
intenso de contribuir en algo al alivio de su sufrimiento”.
Sir FRANCIS BACON dijo. “Estimo que la
misión del médico no consiste únicamente en restablecer la salud, sino en
mitigar el dolor y los sufrimientos”, consiente tal vez del gran
sufrimiento que el dolor es capaz de producir en el ser humano, desde tiempos
inmemoriales hasta nuestros días, y por cómo vamos hoy, podría pensarse que
esta condición puede ser perenne.
El dolor es un acabado suplicio, el peor de todos los
males; y cuando es excesivo acaba con toda paciencia., frase muy acertada de BONICA,
en su libro de más de mil páginas sobre dolor y su tratamiento en busca de alivio.
“EL GRITO DEL CEREBRO ES EL DOLOR”, expresión
acertadísima del gran maestro, el argentino Dr. JULIO SAIACH, que fue
jefe del primer departamento de tratamiento del dolor en América Latina, y
cuarto en el mundo, espacio que hasta hoy permanece, y en el cual siguió su
encomiable labor su hijo, también médico y llamado como el Dr. JULIO SAIACH,
el mismo que no crea la necesidad de recordar, que DOLOR es la segunda
palabra más pronunciada en el mundo entero, después de DIOS. El dolor es tan viejo como la humanidad y
quizá aún más viejo que ella, inherente a todo ser viviente dotado de
conciencia. Demuestran que el hombre ha sido víctima de este mal desde sus
orígenes los recuerdos dejados por todas las razas que atestigua la
omnipresencia del dolor. En las tabletas de arcilla de Babilonia, en los
papiros escritos en la época de la construcción de las pirámides, en los
documentos de cuero persas, en las inscripciones de Micenas, en los rollos de
pergamino de Troya y a lo largo de todas las edades, en cada civilización, en
cada cultura, se encuentran rogativas, exorcismos y encantamientos que
atestiguan el predomino del dolor. Todo hace indicar, a través de varios
milenios registrados por el hombre, que ha tenido conocimiento del dolor hasta
la obscura sima de los tiempos.
PERO ¿QUÉ ES EL DOLOR?
Se puede definir de diferentes maneras, desde lo
fisiológico a lo patológico: percepción
sensorial, localizada y subjetiva con intensidad variable que puede resultar
molesta y desagradable en una parte del cuerpo. Es una respuesta
neurofisiológica que se produce después de una lesión o daño físico. También
puede expresarse en casos en los que la lesión es inexistente, pero el
organismo actúa como si esta hubiese ocurrido. En términos más amplios, el
dolor ha sido definido como una experiencia que puede ser sensorial o
emocional, y que puede ser percibida por todo ser vivo con sistema nervioso
central.
LA NATURALEZA FISIOLOGICA DEL DOLOR
Se ha establecido el dolor como una sensación
fisiológica evocada por la excitación
de ciertos receptores y a la que sirven de intermediarios formaciones nerviosas
específicas que anatómica y fisiológicamente son distintas e independientes de
aquellas que transmiten otras sensaciones específicas, tales como las del oído,
olfato, calor, frío, tacto y presión. Si bien es cierto que no existe un estímulo
específico y que toda una variedad de estímulos (mecánicos, térmicos, químicos o
eléctricos) pueden provocar dolor, lo realizan estimulando un mecanismo
específico receptor del dolor.
En DR. BETETA cuyo consultorio se ubica en
Jirón Primero de Abril N° 604, distrito de La Banda de Shilcayo, se han
especializado en el manejo del dolor, con resultados comprobados con diferentes
pacientes, con métodos comprobados de los más exitosos profesionales en el
manejo del dolor, como el mismísimo Dr. JULIO SAIACH, Dr. ALEJANDRO
STEVENS, y otros más, empleado diferentes técnicas para la misma, y
entendiendo el dolor como un proceso fisiológico que necesita ser BIORREGULADO,
trabajando sus procesos básicos y entendiendo que cada dolor, es una señal INDIVIDUAL
que la persona necesita entender, decodificar y procesar, para encontrar un
alivio seguro y permanente, hasta nuestra próxima entrega con el aporte final
del presente artículo. (Puma)