COVID 19: ESTUDIO AUTO-ETNOGRÁFICO- 2,022: CASO OMICRÓN
Dr. Crisanto, F.
No soy médico, soy antropólogo, realizo estudios sobre
etnografía aplicada a realidades de conductas culturales, los especialistas han
desarrollado abundante teoría sobre Covid-19 que llegó al Perú en marzo del año
2020 y desde esa fecha nos protegemos a nuestra manera. El Perú
es el primer país en el mundo en sincerar la cifra de sus fallecidos por el
covid-19, que ahora suman más de 180,000, resultado que evidencia los graves
problemas de reporte de casos, señaló Patrick Wieghardt, biólogo computacional
y voluntario en OpenCovid-Perú. "El
Perú es realmente el primer país del mundo que hace el sinceramiento de sus
cifras, lo que es muy positivo por la transparencia que estamos mostrando”,
detalló en entrevista con Andina
al Día.
Covid 19: ¿De quién es la culpa?, de nuestra vieja
cultura, viejos estilos de vida, viejas costumbres, hábitos, formas de pensar y
de ser, hemos aprendido muy poco en estos dos años, necesitamos con urgencia
cambio educativo y cultural.
METODOLOGÍA
AUTO-ETNOGRÁFICA: CASO OMICRON
Tuvimos que internar a mi padre para una operación de
alto riesgo, así que la familia determino operarlo en una clínica privada.
Andaba con doble mascarilla, no soy de ir a discotecas, fiestas de amigos,
tomar cosas heladas y trato de comer saludable. Prefiero revisar información en
redes sociales (soy profesor) y no tener mucho contacto con la gente, sin
embargo, no podía sacar el cuerpo ante la operación, lo asumí y me contagie. Mi
padre operado, las recetas médicas no cesaban y tenía que ir a cuantas farmacias había en el
distrito grande donde vivo, pero siempre lejos de la gente, con doble
mascarilla y evitando conversaciones largas, iba y venía con medicina, estaba
en juego la vida de mi padre, tenía que alejarme de mis hijos por las noches y
dormir en un mueble acompañándolo a mi padre. Fue operado, las enfermeras y
médico asumieron su rol. Pasaron siete días, esperábamos su alta de mi padre,
sin embargo tuvo que quedarse dos días más, nueve días en la clínica no solo
son agotadores sino que me contagie.
Día
1
Un día antes del alta de mi padre, sentí una tímida
fiebre que mi hermana profesional en ciencias de la salud me indicó que tome Repriman
en pastilla, así fue y sentí que tenía razón, era sólo una fiebre nada más. El
mismo día del alta de mi padre por la noche sentí dolores agresivos en todo mi
cuerpo, acompañado de una agresiva fiebre, le dije a mi hermana, que por favor
me coloque ampollas, inmediatamente hizo un listado de ampollas que compraron
en la farmacia y me atendió, me sobo mi pecho y espalda con Vick VapoRub, me
dijo sudarás y cámbiate cuantas veces tus polos, se despidió y me dejó en mi
cama.
Día
2
Al día siguiente sentí que la fiebre era cosa del pasado,
cuando tome agua, sentí como que si esta
tenía agujas, no podía ni pasar el agua y empezó las flemas en abundancia y
cada segundo, era el viernes 21 de enero del año 2022, así que después de una
oración de agradecimiento a Dios, pensé en visitar al médico neumólogo- Dr.
Aro- saque cita, me programaron para las cuatro de la tarde, el médico me
pregunto cuál eran los síntomas y le conté, pero le dije algo que personalmente
me preocupaba y eran las flemas con matices rojizos, entonces me dijo,
inmediatamente que te hagan RX TORAX y PRUEBA HIPOSADO NASOFARINGEO. Así fue,
me dirigí solo a hacerme las pruebas, el RX TORAX me costó 100 soles y la
PRUEBA HIPOSADO NASOFARINGEO, 90 soles, la consulta con el médico neumólogo,
100 soles. Cuando regrese con los resultados el médico me dijo; tus pulmones no
tienes bacterias, lo que sí tienes es Covid y te daré tu tratamiento, antes de
darme la receta médica me indico que no vuelva a colocarme ampollas para la
fiebre, que no pretenda sanarme en un día, dos o tres días, el proceso de
tratamiento de Covid 19 tiene un proceso, acepte los consejos del especialista
y me retiré agradeciéndolo. Fui a varias farmacias y pude encontrar todos los medicamentos tal
como prescribe el médico, aunque en una farmacia me decían que lo tenían con
otro nombre y que era igual o me dieron por ejemplo Hilaser pero no D y me dí cuenta y lo devolví. La receta
médica eran: Dolomax Plus, 10 tabletas, dos pastillas cada ocho horas por un
día; luego una pastilla cada ocho horas. Percof (jarabe) un frasco, diez
miligramos 8pm por cinco días. Fluidasa (600 mg) diez sobres, un sobre diluido
en medio vaso con agua, 7am por siete días. Hisaler-D (tab) diez tabletas, una
pastilla ocho de la mañana y otra a las ocho de la noche por cinco días,
líquidos a demanda y vigilar saturación de oxigeno (95-99% más de 93% a partir
de una fecha, cada seis horas, durante siete días. Eran casi las ocho de la
noche del día viernes 21 de enero, empecé a tomar mis medicamentos, dormí con
ciertas incomodidades, el sudor en abundancia por ejemplo y el malestar de la tos
y la flema.
Día 3
Era sábado 22 de enero, sentía que el malestar empezaba a
ser controlado por la medicina, tenía
ganas de tomar desayuno, lo hice y tome la medicina tal como me prescribió el
médico, hice algunos documentos del trabajo, tenía ganas de pensar y escribir y
era buena señal, toda la mañana estuve ocupado y por la tarde descanse una
cantidad considerables de horas hasta que me propuse redactar la presente
descripción casuística. Antes de dormir agradecía a Dios por la salud y vida de
toda la familia, incluido de familias que no conozco y la están pasando mal. Si
me pidieran que valorice en porcentajes la mejoría del día viernes ocho de la
noche al sábado siete de la mañana, sería de aproximadamente cuarenta por
ciento, el malestar se iba y eso era buena señal porque significa recuperación
en mi salud. Estaba aislado, mi segundo hijo Juan, me alcanzaba agua, mis
alimentos y hasta ropa para cambiarme, no le permitía que ingrese al sitio
donde estaba, abría la puerta de adelante y coloca mis platos sólo para para mi
uso personal, tomaba y se retiraba, le hacía recordar que lave sus manos con
agua y utilice alcohol.
Día
4
Domingo 23 de enero, llame a mi niña que estaba con su
mamá, lejos de su padre con Covid conversamos y me despedí, me sentía mucho
mejor, en un setenta por ciento del malestar de la tos, las flemas, pero aún
faltaba cumplir diez días más por indicaciones médicas, me dijo catorce días,
no me dijo siete días como leo y escucho en las redes sociales- posiciones
encontradas de los médicos infectólogos- incluso uno de ellos manifiesta que
salir a los siete días promovería que contagiemos a muchas gente, y acá debemos
tener mucho cuidado por nuestra cultura; del vivo y del sonso que abona para
contagiar al propósito a gente extraña. Estar aislado significa que debemos
organizarnos y hacer una agenda de lo que haremos, si no hacemos, entramos en
ansiedad y rompemos el aislamiento y salimos a contagiar, y como no hay evaluación
y monitoreo de alguna entidad de salud, hacemos y deshacemos en la calle. Con
la medicina que estoy tomando mi recuperación fue rápida, sin embargo,
desconozco por qué, apareció un ligero estreñimiento, en mi vida diaria me
cuido contra ello: como sano, mi magnesol, mi aceite de sacha inchi y
ejercicios diarios en horas apropiadas. Me llamo la atención, y me dije, son
cinco días que no voy a hacer ejercicios, con bastante cuidado, saldré a un
sitio descampado donde siempre voy, caminaré con pasos largos, con movimientos de hombros para la relajación,
porque tengo que ayudarme de manera
natural sino me llenaré de medicina.
Día
6
Es lunes 24 de enero del presente año, un día con un
clima frío y con lluvia, mire mi cuarto, y me dije tengo que cambiar sabanas,
me puse a lavar platos, y pasar antivirus a mi laptop para empezar el trabajo
virtual. Como siempre, mi hijo Juan, me trajo el desayuno a lo lejos lo vi,
escuche a mi madre y mi padre (esta delicado de salud), es difícil no poder
hacerlo tú y depender de otros, soy muy respetuoso de la libertad, pero, cuando
uno está aislado con Covid se necesita un soporte, sino la cosa no marcha y
podemos estresarnos, caer en la ansiedad y tener ganas de salir y contagiar,
bajo el principio culturalista de a mí me
contagiaron, pues yo también contagiaré,
para mí, eso no es hacer patria, así que tranquilidad, buen ánimo y a
trabajar que nunca falta. Desde que empecé a tomar la medicina sudo
bastante, por eso el médico me dijo que
tome agua y agua. Trabaje bastante, toda
la mañana, almorcé poco, descanse unos veinte minutos y por la tarde sigo
trabajando más repuesto, pero sudando y
sudando, voy por el tercer polo que me cambió, vivo en una zona tropical, pero que me acuerde no sudaba de esa manera. El
día lunes empieza a anochecer pero mi vitalidad y malestar parece que son cosas
del pasado.
Día
7
Martes 25 de enero, la receta médica eran: Dolomax Plus
(10 tabletas), dos pastillas cada ocho horas por un día; luego una pastilla
cada ocho horas. Percof (jarabe) un frasco, diez miligramos 8pm por cinco días.
Fluidasa (600 mg) diez sobres, un sobre diluido en medio vaso con agua, 7am por
siete días. Hisaler-D (tab) diez tabletas, una pastilla ocho de la mañana y
otra a las ocho de la noche por cinco días, líquidos a demanda. Sólo me queda
Fluidasa (600 mg) que lo sigo tomando, Percof e Hisaler-D, sin embargo desde
hoy el médico neumólogo recomendó vigilar saturación de oxigeno (95-99% más de
93% a partir de una fecha, cada seis horas, durante siete días como prioridad,
para ello tuve que comprar pulse oximeter, 65 soles que a la hora que me
vendieron, la enfermera me enseño su manejo y me pareció sencillo. En la mañana
mi saturación es 97, significa que estoy bien en mi oxigenación, esta medición
debo hacerlo cada seis horas. A las dos de la tarde fue 98 y antes de dormir
siguió siendo 98, eso significa que mi saturación está bien. La tos bajo en un 90%, la flema en un 90% y la fiebre lo sabré hoy
porque anoche se terminó Dolomax Plus, pero me siento bien, tranquilo, con
ganas de avanzar en mi trabajo y leer, anoche tome un libro de Allan y Bárbara
Pease, mis autores favoritos. Sigo siendo fiel a mi horario, limpio, trapeo,
ordeno y me muevo, sin embargo, sigo en aislamiento para no contagiar a nadie,
empezando por mi familia, pero, anoche me llamo la mamá de mi última hija
haciéndome saber que debe volver al trabajo presencial el día domingo 30 de
enero y que vaya preparándome para hacerme cargo de mi niña, quedamos que así
será y veré la forma que mi niña se quede en casa de mi madre, tiene tres años
y no la puedo exponer. Tuve un día bendecido termine varios trabajos que me
encomendaron, tuve mucha vitalidad.
Día
8
Es miércoles 26 de enero, mañana es el cumpleaños de mi madre
que cumplirá 76 años, no puedo exponerla, por teléfono le saludaré, no habrá
abrazos, ella es altamente vulnerable igual que mi padre que le operaron de un
tumor en el colón y que cumplió 80 años. Sólo me queda Fluidasa (600 mg) que lo
sigo tomando, Percof e Hisaler-D, sin embargo desde ayer estoy vigilando mi saturación de oxígeno, en la
mañana estaba en 98, gracias a Dios estoy evolucionando bien, sigo aislado,
buscando una persona que pueda brindarme el servicio de lavar mi ropa. Por la
tarde volví a vigilar mi saturación de oxígeno y estaba en 98, después de una
siesta de veinte minutos volví al trabajo de largo (aproximadamente tres horas
y medias), mi ropa se encuentra lavada y mis alimentos son alcanzados con
bastante precaución de mi hijo Juan que lo coloca en la parte de adelante
mientras yo me encuentro en la parte de atrás y siempre le aconsejo que se lave
las manos y acostumbre a rosearse con
alcohol, sé que es algo que los jóvenes no practican porque les parece extraño,
raro, de otro mundo y finalmente no va con ellos y murmuran que no les pasará
nada porque son jóvenes y nosotros sí debemos cuidarnos porque somos viejos
(dicotomía joven-viejo). Termine agotado y antes de las nueve de la noche volví
a vigilar mi saturación de oxígeno y estaba en 98, cerré el día con una oración
de agradecimiento a Dios.
Día
9
Jueves 27 de enero, lo primero que hice al despertarme
fue agradecer a Dios por un día más de vida y en seguida recordé el cumpleaños
de mamá Angélica, la sufrida madre que nos tiene a sus cuatros hijos junto a
ella, de medicina sólo me queda FLUIDASA que tomo en medio vaso de agua y
PERCOF para la tos que lo tomo en las noches y el PULSE OXIMETER para vigilar
mi saturación de oxígeno, pasaron nueve días y aún sigo aislado porque el
Ministerio de Salud ante la crecida de contagios ahora informa que serán diez
días que debemos aislarnos. Sé que muchos por temas laborales, económicos y de conductas culturales “informales”
no cumplen estas disposiciones, por ello
el contagio está en alza, estoy pensando ir para que me tomen una nueva muestra
el día sábado 29 de enero para poder reencontrarme con mis padres, familias e
hijos. Mi saturación de oxígeno es 98, empecé el día corrigiendo unos informes
que debo remitir a mi centro laboral, termine de leer unos informes y avance
con la revisión de proyecto de un estudiante, estuve muy activo, mi hijo Juan
me trajo el desayuno y el almuerzo como siempre, hice mi siesta, volví a las
tres de la tarde a vigilar mi saturación de oxígeno y estaba en 99%, acostumbro
a tomar mi magnesol a diario y también mi aceite de sacha inchi que me hace
sentir muy bien, por concluir la tarde, dejo la laptop y deseo contemplar el
fin de la tarde desde la ventana de donde vivo, tengo ganas de hacer
ejercicios, tomo la decisión y voy rumbo a un sitio descampado, regreso a
revisar unos documentos, hace meses que no leía en las noches, no entiendo esta
energía alta que estoy viviendo.
Día
10
Viernes 28 de enero, a las 7am tome FLUIDASA
en medio vaso de agua, mi
saturación de oxígeno esta en 98, pasaron diez días, haber descrito paso a paso
lo que viví en el aislamiento para compartirlo con mis estudiantes de la
universidad y los interesados es algo que siempre estuvo en mi mente. El año 2,020
cuando estuve catorce días encerrado con los síntomas, ninguna vacuna y la
gente se moría en las puertas del hospital, carros y mototaxis estuve más
concentrado en superarlo que en escribir- en realidad no solo estuve sólo
catorce días, sino meses como mi madre, padre, hijos- aprendiendo de nuestra
nueva vida en encierro, era terrorífico lo que se veía en las redes sociales,
no salía, tuvimos que asimilar a la fuerza este nuevo estilo de vida, ¿quién
iba al mercado?, la gente más joven que vivía con nosotros, mi sobrina, mi hijo
y hasta mi cuñado, mis hermanos que siempre fueron “relajados” y según ellos no
soportaban la vida en aislamiento salían, las medidas de protección eran
estrictas en casa, nos vimos obligados a no permitir que nadie llegue, mi
hermana que es profesional en Obstetricia era quién ponía las normas, siempre
ahorre algún dinero, recuerdo que entregue a mi hermana mis ahorros, y le dije que cualquiera de la familia que se
contagie deberíamos conducirlo no al hospital o Essalud sino a un médico
privado, mi hermana preparo su balón de oxígeno ante cualquier emergencia, era
a la de Dios porque escaseaba el oxígeno, los científicos estaban en sus
laboratorios creando la vacuna y como millones de personas en el mundo
tomábamos nuestras hierbas. Muchos conocidos (conocidos y amigos), fallecieron.
La realidad en el año 2022 es otra, pero no significa que la pandemia es cosa
del pasado, no soy médico, soy antropólogo y profesor.
Día
11
Sábado 29 de enero me levanto muy temprano me alisto y
salgo a hacerme la prueba del Covid 19, los profesionales en ciencias de la
salud me informan que ya no puedo contagiar, así que comienzo a hacer planes
para reactivar mi vida profesional, social, padre e hijo. Muy tímidamente me dirijo con
doble mascarilla a ver a mi padre y madre, hermanos, hijo que está en casa de
mi madre y más tarde llegara mi niña de tres años que tuvo que irse con su mamá para ponerse a buen recaudo. Aún tengo
Fluidasa para las flemas y lo sigo tomando hasta el día martes 01 de febrero y
el tónico Percof para la tos que de igual manera lo tendré hasta la misma
fecha, sigo vigilando mi oxigenación con pulse oximeter, mi nivel de saturación
es 98, me siento bien, y tuve que preparar el pequeño departamento para el
regreso de mis dos hijos que viven conmigo, mi hija, la mayor es independiente y por trabajo vive
en Tingo María- Huánuco. Por la mañana
cambie ropa, preparé alcohol, comencé a limpiar todo, por la tarde me puse a
limpiar desde los baños, los dos cuartos, el sitio donde nos lavamos, la parte
de adelante que es como una oficina, las ventanas, los pisos, las sillas; a las
cuatro de la tarde llego mi niña nos veíamos después de diez días, mi hijo es
un joven de dieciocho años que estuvo alcanzándome los alimentos, ropa limpia.
Antes de concluir con esta descripción auto etnográfica, debo agradecer primero
a Dios, segundo al médico Aro, a mi madre que de lejos me entrego la fortaleza
para superar psicológicamente este momento de aislamiento, a mi padre que a
pesar que esta delicado de salud, mis hermanos que un saludo, un gesto a lo
lejos valía mucho y mi capacidad de resiliencia por la soledad, por la
meditación, por la lectura, escritura y mi trabajo como profesor de una
universidad pública, durante estos más de diez días, termine de leer un libro
que había postergado por años y estoy leyendo otro sobre los canceres,
agradezco a los ejercicios que lo retomaré con disciplina.
*FIDEL ERNESTO
CRISANTO GÓMEZ.: Doctor en
Gestión Pública y Gobernabilidad. Antropólogo, por la Universidad Nacional de
Trujillo (UNT). Profesor de Ciencias Naturales y Ecología, por la Universidad
Nacional de San Martín (UNSM). Ejerce la Docencia Universitaria en Facultad de
Ciencias Sociales, UNTRM. Ha trabajado
en el Instituto de Investigación Arqueológica y Antropológica “Kuelap” INAAK.
Colabora con artículos de opinión para Enfoques y El Refugio del Puma.
Comunicación al Whats App 951651896.