EL
DIVÁN DEL PUMA
¿son tal vez miembros de familias tarapotinas, porque por alguna razón hoy se encuentran en esa situación? |
EL
DESAIRE EQUIVOCADO A LOS ORATES ¿HASTA CUANDO ESTOS CUADROS DRAMÁTICOS?
Tarapoto
es una ciudad bella, pujante y progresista. Es sin lugar a dudas la más
importante de la región San Martín. Aquí se encuentra de todo, pero una de las
situaciones que más saltan a la vista de propios y extraños – al darse un
pequeño recorrido por el centro de la ciudad, es la presencia de orates o
“loquitos” como se les conoce, que deambulan por las principales arterias de la
ciudad.
Para
los tarapotinos ya no es nada raro ver a diario sus “locos comportamientos”.
¿Pero
quién los trajo hasta aquí?, ¿son tal vez miembros de familias tarapotinas,
porque por alguna razón hoy se encuentran en esa situación? , ¿se puede
conversar con ellos, por lo menos unas palabras, con estos singulares
personajes?
Conozcamos
la historia de algunos de ellos:
Empezamos
con el llamado LOCO BARBÓN, lo encontramos como siempre deambulando por las
calles de nuestra ciudad. Algunos señalan que no es de Tarapoto, otros dicen
que sí, pero nadie sabe cómo llego a nuestra ciudad; pero al mismo tiempo
señalan que muchas veces, se le escuchó decir que se llama ALFREDO, o a veces
ANTONIO.
Tratamos
de conversar con él, nos dio una mirada al más puro estilo de un pirata, como
quien decirnos que no podemos, hasta que nos atrevimos a preguntarle su nombre
y salió hablándonos de la situación del país, que el Perú está en pobreza, que
los gobernantes, en fin una y otra cosa. Pero alguien dirá ¿cómo puede hablar
un loco de estas cosas? pues no lo sabemos, o simplemente se hará el “loco”
indagamos más sobre este personaje y nos cruzamos con una persona que dice
conocerlo, el mismo nos contó que ALFREDO o ANTONIO, como se quiera, era una
persona sana, con sorprendente futuro, lo que más le sobraba era inteligencia,
y que estudiaba una carrera afín a la medicina humana, al mismo tiempo que tenía
muchos problemas en su entorno familiar, lo que habría influidos para que este
en esa situación.
No
muy lejos de nuestro primer personaje, encontramos al segundo. Una persona de
contextura delgada, de tez morena y lleva siempre puesto un diminuto short. A
él lo conocen como el LOCO MANZANA, puesto que diariamente y en todo momento
camina sin cansancio alrededor de una manzana en el centro de la ciudad, frente
a la Plaza de Armas, sin dirigir sus pasos hacia otro lugar. De él dicen que es
parte de una familia tarapotina, cuya vivienda está ubicada en el sector
Atumpampa, la razón por la que estaría en esta situación se debe a que fue
víctima de una cuestión amorosa. Sus familiares en un primer momento lo
mantenían encerrado, pero no pudieron tenerlo así por mucho tiempo en vista que
cuando lo hacían, cometía una serie de destrozos y se ponía a gritar, nos
comenta nuestro informante.
Nuestro
tercer personaje: Waldemar o simplemente WASHO como lo conocíamos, quien
físicamente no está más entre nosotros, por cierto él no era ningún loco, pero
cierto sector de la población lo consideraba como tal, era tal vez uno de los
personajes más pintorescos que recordemos de la Ciudad de Las Palmeras, cuya
solo presencia terminaba por agradar a muchos y no tanto a algunos, las mujeres
eran víctimas de sus arrebatos y ocurrencias, Waldemar era miembro de una
familia de Tarapoto, cuya vivienda se ubica en el centro de la ciudad, donde
vivía junto a su familia primero su madre y hermana quienes también
fallecieron, hasta sus últimos días junto a su hermano, casi todos los
conocían, pues se caracterizaba de ser el primero en enterarse y en llegar a
los velorios, su lugar de preferencia era verlo por la Plaza de Armas y el
desparecido Mercado 1.
Estos
son sólo tres casos de la presencia de personajes con trastorno de
personalidad, quizás existan más incluso mujeres (hay dos en especial de la que
nos ocuparemos en algún momento para conocer sus historias), algunos nuevos
llegarán, lo cierto es que estos “locos personajes” se encuentran en Tarapoto,
deambulando diariamente por nuestras calles, como ya mencionamos, gustando a
unos y a otros no. Lo cierto es también, que las autoridades deben hacer algo
por ellos, ante la impotencia de sus propios familiares que nada pueden hacer
para impedir que ellos salgan a las calles.
Es
hora de que nos pongamos la mano al pecho, para pensar de qué manera se puede
apoyar se puede apoyar a estas personas que por alguna razón todavía se
encuentran en esta situación, muchas veces en abandono, estos personajes en
algún momento fueron como nosotros, lo que queremos decir es que nadie está
libre de que pueda pasarle una situación similar.
Hagamos
algo por ellos, demostremos con ello a las grandes ciudades donde existe un
considerable número de estas personas que Tarapoto piensa y se preocupa por su
gente, más aun si de apoyar al prójimo se trata. NUESTRAS AUTORIDADES TIENEN LA
PALABRA.
PARA TOMAR EN CUENTA.
A
pesar del tiempo transcurrido hablamos de julio de 1999 ( apenas 20 años) el
autor de la presente crónica mi buen amigo WILDERSON TELLO ESPINOZA, cuyo texto
con su permiso corregimos y actualizamos, el cual increíblemente no deja de
perder vigencia, sumado al hecho a que hace apenas días se recordaba el DÍA DE
LA PSIQUIATRÍA PERUANA, la pregunta que nos hacemos es ¿que hicimos durante dos
décadas por la salud mental en Tarapoto y San Martín?, reiteramos nosotros como
sociedad organizada y de quienes tienen la responsabilidad de impartir las
políticas de salud en esta parte del país, creo que las palabras salen sobrando
y solo se puede resumir en un lapidaria respuesta ABSOLUTAMENTE NADA, todo
sigue casi igual.
APUNTE
FINAL
A
propósito de prepararnos para elegir a nuestros próximos representantes en el
congreso de la república en el proceso extraordinario que viviremos todos los
peruanos, que buena oportunidad para uno (de nuestros 4 iluminados que resulte
elegido, se preocupe por esta gente) presentando un proyecto de ley referido al
tema de salud mental, hay que olvidar las propuestas populistas cuya lista de
puntos parecen inacabables, como para preguntarnos si tendrán el tiempo
suficiente de poner en marcha en tan poco tiempo, no esperemos que pasen otros
20 años más para seguir evaluando posibilidades, quizás ni estaremos ya, es el
momento de actuar, hasta la próxima. (dr/Puma)