EL DIVÁN DEL PUMA
CUANDO
LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL AMENAZA A LA INTELIGENCIA HUMANA
Hace 10 años atrás, en mi
condición de ingeniero no imaginé una evolución tan vertiginosa de la INTELIGENCIA ARTIFICIAL, pensaba que la
inteligencia solo haría exactamente lo que se le programaba y algo más, pero
con el pasar de los años y especialmente en estos dos últimos años, la INTELIGENCIA ARTIFICIAL nos ha puesto
un poco nerviosos a los humanos, y vaya que estoy seguro que más de uno se
habrá sentido superado con creces por la INTELIGENCIA
ARTIFICIAL en algunos segmentos del conocimiento.
Conversando con un amigo que
se encontraba un poco cabizbajo por no creer lo que sucedía, me decía, ¡sí
claro, pero no tiene sentimientos!, es cierto no tiene sentimientos y tal vez
no lo tendrá, pero eso por el momento no se discute. El punto del debate es la
capacidad que tiene la INTELIGENCIA
ARTIFICIAL para generar contenido y responder preguntas como un experto,
con capacidad de análisis y aprendizaje, y de brindar respuestas en nanosegundos
a millones de personas a la vez. ¿entonces
en ese aspecto nos ha superado?
Por otro lado, también es
común escuchar a muchas personas y hasta leer artículos de opinión donde
manifiestan que ahora los ROBOTS
HUMANOIDES CON INTELIGENCIA ARTIFICIAL, se han vuelto tan simpáticos, que
hablan casi como un humano, nos guiñan el ojo y hasta nos sonríen, ocasionando
reacciones y respuesta en nosotros. Esto me hace acordar cuando era niño, me
caí sobre la mesa, de inmediato mi madre decía mesa desgraciada, le daba su
golpe a la mesa y yo le ayudaba, pensando que sentía. Eso mismo nos pasa ahora,
casi ya hemos aceptado que el robot sonríe, o que llora, pero no es cierto,
porque solo es silicio, o algún metal configurado para cumplir funciones
específicas, pero vaya que lo hace muy bien.
Pero sí tenemos que aceptar,
que la INTELIGENCIA ARTIFICIAL ha
incursionado con fuerza y definitivamente muchos paradigmas están cambiando o
tendrán que hacerlo más temprano que tarde. Por ejemplo, conversaba con un
docente de un colegio de Tarapoto y me decía, sinceramente estoy confundido, he
dejado un trabajo a mis estudiantes para que redacten un poema inspirado en un
picaflor. Amarilis escribía en una estrofa: OH PICAFLOR, HERMOSA AVE QUE VUELAS VIBRANDO TUS ALAS PEQUEÑAS Y HERMOSAS
SOBRE LAS ROSAS. Por otro lado, Walter Cruz escribía: SUSURRA
SECRETOS A LAS FLORES TIERNAS, BEBIENDO NÉCTAR CON ANSIAS ETERNAS, TUS COLORES
DESTILAN MAGIA Y PASIÓN, PICAFLOR, JOYA DE LA CREACIÓN.
Decía el docente ¡oh me
encantó!, sobre todo el poema de Walter Cruz, pero me he decepcionado cuando le
pregunté cómo se ha inspirado para realizar dichas frases, y Walter Cruz le
dijo … nada profe, usé la INTELIGENCIA
ARTIFICIAL y creó un maravilloso poema en 5 segundos, más me costó elegir la
peor estrofa para que no se diera cuenta usted.
También está la experiencia de
Porfirio, un estudiante universitario que redactaba su tesis como un
profesional, era uno de los pocos estudiantes que no tenía observaciones en
clase y su docente se sorprendía por la forma como articulaba sus palabras,
pensaba que tal vez estaba realizando plagio de alguna investigación, pero al
pasar software anti plagio no detectaba coincidencias significativas. Ya se
imaginan por qué.
Este tipo de escenarios
suceden de forma permanente y cada vez con mayor frecuencia, pues al fin, la
inteligencia artificial ya está aquí, está para usarlo y bien, no queda otra
que mirar por el lado amable y aprovechar sus potencialidades para mejorar lo
que hacemos; se debe considerar como una herramienta complementaria, pero no
sustitutoria y con seguridad la calidad de muchos trabajos mejorará
enormemente.
PLUMA
INVITADA: DR. WALTER SAUCEDO VEGA, Ingeniero de Sistemas,
egresado de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, ejerce la docencia en diversas instituciones de educación
superior de Tarapoto. (dr/Puma)