EL DIVÁN DEL PUMA
LA TREGUA DE LOS CIEN
DÍAS
Mencionamos
a los primeros CIEN PRIMEROS DÍAS de
toda gestión al asumir su responsabilidad, como si fuese de necesidad y
obligatoriedad de parte de nosotros los ciudadanos y que debemos de concederles
si o si a todo gobierno en cualquiera de los espacios que les toque actuar
tiempo suficiente para que se “acomoden” a su nueva responsabilidad, es decir
otorgarles un periodo de “gracia” y de allí en adelante empezar nuestra labor
de fiscalización ciudadana.
HACIENDO UN POCO DE
HISTORIA.
Dicen
los estudiosos e historiadores que hurgan en el pasado reconstruyendo y
buscando respuesta al significado de frases tan empoderadas en nuestra sociedad
como la que nos referimos en está ocasión, eso de LOS CIEN PRIMEROS DÍAS, aplicada a cada nueva gestión del
nivel que sea, bueno según lo encontrado es que fue un 4 de marzo del 1933, en
el coloso del norte los EEUU, donde
siendo elegido su Presidente FRANKLIN D.
ROOSEVELT, y estando viviendo una de sus peores crisis económicas, el dio
vida a esa ya popular frase de LOS CIEN
PRIMEROS DÍAS, es decir el período de tiempo en el que tomó todo tipo de
medidas contundentes con la finalidad de intentar revitalizar la economía y
acabar con la crisis galopante en su país, es desde ese momento y circunstancia
especial en que muchos políticos del mundo (incluidos los nuestros) que
siguieron los pasos, convirtiendo al mismo en un período de gracia, que les
permita llevar a cabo acciones simbólicas que sirvan de soporte de su mandato y
las que contribuirán a darle su sello personal a las gestiones de su
responsabilidad.
Claro
que los tiempos y circunstancias han cambiado, algunas nuevas autoridades, solo
necesitan de 30 días para tener una idea cabal de lo que reciben, otros 40 días
y tienen una radiográfica completa de lo que tendrán que lidiar y manejar de
allí sin parar esperar los CIEN PRIMEROS
DÍAS, pero más de uno se pregunta ¿por qué esperar ese tiempo? Si se supone
que desde el momento que acepta entrar a la contienda electoral es primero
conociendo la problemática de su jurisdicción, segundo teniendo los equipos de
profesionales indicados, tercero un plan de gobierno a ejecutar, cuarto un
equipo de transferencia para un diagnóstico inicial de lo que recibe, al
parecer nada de ello ocurre y tenemos nos guste o no esperar los CIEN PRIMEROS DÍAS.
Cada
vez que una autoridad asume una nueva gestión sea esta regional o municipal
casi siempre apelamos a esta frase ya empoderada como parte del folclore
citadino, nos referimos a eso de darle TREGUA
DE 100 DÍAS, claro que ya entramos en cuenta regresiva para cumplir
este periodo de tolerancia, pero al parecer los nuevos inquilinos de los
gobiernos regional y municipal, deberían intentar enrumbar las mismas con
profesionales reconocidos y de experiencia sin embargo a la luz de los hechos
parece que prima más el tema político partidario y de devolución de favores de
campaña muy a nuestro pesar, claro que sabido es que la responsabilidad de
seleccionar al personal de confianza depende exclusivamente de los titulares de
las gestiones y que de la designación de mismos se pone en juego el desarrollo
de la región, provincia o distrito y por ende de su propio éxito.
PERO, ¿ESTAMOS OBLIGADOS A
ESPERAR CIEN DÍAS?
Si
tenemos en cuenta que tal espera representa algo más de tres meses que sigue a
la toma de posesión de un nuevo gobierno, debemos entender como que significa
el tiempo que tiene una nueva autoridad para transmitir a la población de
su jurisdicción cuáles son sus características y sus prioridades y explicarles
cómo será su gobierno y qué pretende hacer. Estos cien primeros días, son pues,
claves para cualquier gobierno y que debe aprovechar y construir una imagen
positiva de su gestión y sobretodo, empezar con buen pie todo tipo de gestiones
ante los órganos correspondientes.
Las
nuevas autoridades no deben de perder de vista lo siguiente: de donde te han
venido los votos, las promesas de la campaña estableciendo prioridades, un
equipo de transición con personas que conozcan la institución, no tomar
decisiones que provoquen el rechazo de la ciudadanía. No hay que olvidar que
todo cambio político genera ilusión, pero también desconfianza, pero es
evidente que también genera esperanza, sin embargo y es bueno decir que no
existe norma alguna que obligue a las nuevas autoridades a presentar un informe
de gestión de los primeros 100 días, claro que ello no quita que hacerlo
constituye una buena práctica de TRANSPARENCIA,
DEMOCRACIA PARTICIPATIVA Y ACCESO A LA INFORMACIÓN, pues así los ciudadanos
estaremos mejor informados de las gestiones de nuestras nuevas autoridades.
Finalmente,
es cierto que a muchos no les guste, cuestionen y desconfíen de los
nombramientos y personajes de confianza que se están dando; algunos dicen por
sus antecedentes personales y otros por su escasa experiencia en la
administración pública; es potestad reiteramos de los titulares de las
gestiones respectivas, nombrar al personal para los próximos 4 años, solo nos
queda tener paciencia y respetar las decisiones y darles la TREGUA DE 100 DÍAS, como tiempo
prudencial para luego evaluar dichas gestiones, donde nos involucremos todos es
decir ciudadanos, colegios profesionales, universidades y la prensa como entes
fiscalizadores, porque queremos gobiernos regionales y municipales exitosos,
para no terminar lamentándonos y que estos terminen convirtiéndose en simples
agencias de favores y empleos, así que están y estamos avisados. (De los archivos secretos de El Refugio del
Puma).