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Tuesday, April 05, 2022

EL DIVÁN :LA PLUMA INVITADA 

¿CÓMO EVITAR LA BRISA BOLIVARIANA?

Necesitamos reconfigurar de manera adecuada el marco institucional-ético del Perú, para evitar que se repita una situación similar a la que nos llevó al surgimiento del senderismo hace casi cuatro décadas:

El Perú sigue organizándose económicamente bajo un patrón conocido en la literatura especializada como de “rent seeking”. Es decir, los diferentes agentes económicos se organizan principalmente de manera política para controlar el aparato estatal, tanto en su aspecto legislativo, como en sus aspectos de aplicación del poder coercitivo estatal por los distintos niveles de los gobiernos (central, regional y local), como en los aspectos de administración de justicia, con el fin de bloquear fuerzas competitivas oponentes y asegurarse beneficios “extraordinarios” por encima del rendimiento “normal” que predominaría bajo condiciones competitivas.

Esto implica que los agentes económicos están más preocupados por desarrollar sus capacidades de relaciones públicas, muchas veces debidamente “aceitadas”, con los distintos niveles y poderes del estado que, preocupados en innovar sus productos, mejorar sus talentos técnicos, innovar sus métodos productivos o desarrollar y aplicar nuevas tecnologías para el mejor servicio del ciudadano consumidor. De esta manera, la competencia emprendedora se retrotrae del área productiva del mercado de bienes y servicios y se traslada a la dimensión del mercado de favores políticos. Es por esto por lo que, trágicamente, el peruano aprende de muy niño que “el vivo vive del tonto, y el tonto de su trabajo”, lo cual también se refleja en las preferencias vocacionales de los estudiantes, que tienden a elegir carreras que los capaciten para manejar el poder político y elegir menos carreras del ámbito técnico.

Un problema que surge de esta forma de organización económica es que los distintos grupos económicos, al competir por el control del aparato estatal, no sólo sacrifican recursos escasos, que de otra manera estarían generando un mayor nivel de vida para los peruanos, sino que, al bloquear la competencia, inhiben la expansión económica, aumentando el desempleo de los recursos productivos y concentrando la distribución de la renta del país, aumentando así la desigualdad relativa.

Lo interesante, desde el punto de vista práctico, es que esta forma de organización perjudicial para el conjunto de la sociedad, responde a estrategias de conducta dominantes de la búsqueda particular e individual del lucro, bajo ciertas reglas de juego, éticas, políticas e institucionales: derechos de propiedad mal definidos y mal defendidos por la justicia, libertad parcial y segmentada para comerciar, con poca competencia y un marco de valores que premia la “criollada perversa”, y desincentiva las conductas de las personas honestas, tienden a frustrar el desarrollo de los talentos y facultades productivas y a concentrar la renta en actividades políticas ociosas y perversas, creando un caldo de cultivo para la inestabilidad e injusticia social.

Por el contrario, lo novedoso en la edad moderna, que sorprende a tiros y troyanos, es que los países capitalistas desarrollados han demostrado que, si se redefinen las reglas de juego con un marco ético-institucional adecuado (correcta y legítima definición de los derechos de propiedad privada, protección eficaz de la misma por la justicia, libertad amplia y general para comerciar, que fomente la competencia y un marco de valores cuyos incentivos alineen los actos honestos con el reconocimiento social), esas mismas fuerzas egoístas, que buscan el lucro, se canalizan hacia el desarrollo de una organización social de la cual todos se benefician mutuamente, puesto que, bajo un sistema de libre concurrencia, la única forma de lucrar, es poniéndose al servicio del ciudadano consumidor. ¡Urge la reforma institucional!

KURT H. NOEDING K.

Director del Instituto Ludwig Erhard

Director del Instituto Ludwig Erhard en Profesional independiente