EL
DIVÁN DEL PUMA
DE
LLUVIAS, DESBORDES, HUAYCOS Y MÁS
Teniendo en consideración
los últimos acontecimientos que vienen dándose en localidades de nuestra región
San Martin que se ven también afectados por la furia de
la naturaleza, se nos hace necesario considero empezar conceptualizando ¿que
entendemos por DESASTRES NATURALES?,
a lo que respondemos que son pérdidas materiales y vidas humanas ocasionadas
por fenómenos naturales en todas sus formas y variantes eventos naturales todos
estos impredecibles muchas veces, sin dejar de mencionar que algunos de ellos
son generados justamente por actividades humanas que alteran el medio ambiente,
como la explotación errónea e irracional de los recursos naturales, por
mencionar una de estas causas.
Hay que agregar que los
efectos de un desastre pueden amplificarse debido a una mala planificación en
la ubicación de diversos asentamientos humanos, sumada a la falta de medidas de
seguridad, también de planes de emergencia y sistemas de alerta y que pueden
desencadenar otros eventos que reducirán la posibilidad de sobrevivir debido a
carencias en la planificación y en las medidas de seguridad.
¿QUÉ
ES CULTURA DE PREVENCIÓN?
Decidimos abordar este tema
pues la verdad ya estamos cansados de escuchar siempre más de lo mismo, la PREVENCIÓN palabra creo haberla
escuchado por primera vez tras el evento que costó 70 mil vidas humanas (50 mil
muertos y 20 mil desaparecidos) el terremoto de Ancash de 1970, de ello hace ya
51 años de aquel evento natural y nosotros seguimos preguntándonos ¿hemos
avanzado en CULTURA DE PREVENCIÓN?
pues hasta donde conocemos los eventos y fenómenos naturales con resultados
nada favorables en nuestro país han seguido produciéndose en los últimos años
con las consabidas perdidas tanto humanas como materiales.
Cuando hablamos de una CULTURA DE LA PREVENCIÓN, nos referimos
en crear conciencia, adoptar nuevas conductas y una actitud responsable y de
respeto por la protección de las vidas, el entorno, por las futuras
generaciones; cultura de la prevención implica, una actitud colectiva donde
cada ser humano, como ciudadano común y/o como parte de los sistemas
estructurales que componen la sociedad, sea capaz de cambiar situaciones amenazantes.
La CULTURA DE LA PREVENCIÓN se basa en el compromiso y la
participación activa de la población, pero no de aquella que se burla de la
leyes, INVADIENDO ZONAS DE RIESGOS,
HACIENDO SUS VIVIENDAS EN LAS FRANJAS MARGINALES DE LOS RÍOS, NO RESPETANDO LOS
CAUCES NATURALES DE RÍOS QUE AUN ESTANDO SECOS ELLOS RECLAMAN SU CAUCE NATURAL
EN ALGÚN MOMENTO, la responsabilidad compartida de algunas autoridades que
sabiendo que están en zonas no aptas para desarrollo urbano permiten que se
asienten en las mismas, en conclusión desde nuestro modesto punto de vista
existe una responsabilidad compartida de algunas malas autoridades y de
aquellos ciudadanos que creen actuar dentro del marco de la ley sin embargo la
vulneran de manera repetitiva, vale la pena preguntarse entonces ¿qué es lo que
están haciendo sobre el particular todos los organismos creados para la
prevención de eventos naturales muchos de ellos destructivos, a los que se les
asignan presupuestos y partidas económicas?.
Consideramos que existen
diferentes mecanismos para abordar el tema de la PREVENCIÓN y cada uno de ellos puede resultar útil de algún modo,
por ejemplo una condición de éxito, necesaria pero no suficiente, es la PARTICIPACIÓN DE TODOS, pero esta
participación tiene que ir acompañada del compromiso visible de convertirnos en
agentes implicados hacia esa CULTURA DE
LA PREVENCIÓN, es decir que debemos integrarnos en el día a día de la
actividad social, cultural, escolar y también laboral, que quede como un compromiso
a asumir de convertirla en un auténtico ESTILO
Y FORMA DE VIDA y no como una imposición, eso depende exclusivamente de
nosotros.
Por cierto, no se trata de
buscar de parte nuestra convertirnos de la noche a la mañana en “opinólogos” menos aun aprovecharnos de
la coyuntura que vive el país, pero la verdad es que molesta estar de manera
repetitiva asistiendo como espectadores de lujo todos los años a eventos
similares en los meses de siempre a lo que debemos sumar pérdidas materiales y
humanas sin que se haga nada al respecto desde el lugar que nos corresponde.
Para terminar, consideramos
que la etapa formativa es óptima para forjar una CULTURA DE PREVENCIÓN la que moldee personas éticas, preparadas,
conscientes, responsables, exigentes y participativas, pensamos que se debe
encaminar esfuerzos al fortalecimiento de la incorporación de conceptos,
actitudes y valores en la actividad educativa del país desde el nivel inicial
hasta el profesional, o desde el lugar donde nos encontremos, en conclusión MAS VALE PREVENIR QUE LAMENTAR, pensar
que son reflexiones que compartimos el 22 de Marzo del 2017 estamos en Marzo
del 2021 y las cosas siguen igual o peor ¿le echamos la culpa al coronavirus, a
la inacción de las autoridades de turno o peor aún exclusiva responsabilidad de
la población?, ustedes tienen la última palabra. (Puma)