ROCKAS Radio Online

Wednesday, August 05, 2020


EL DIVÁN DEL PUMA.


MÁS ALLÁ DE LA VIDA, MÁS ALLÁ DE LA MUERTE.

Tras la partida física de un ser querido en cualquier circunstancia al comienzo, el desconsuelo que nos invade es grande que parece que dolor que sentimos y que nos embarga nunca acabará, de solo pensar que no lo volveremos a ver nos provoca una tristeza enorme, es normal, pero pensamos que con el tiempo, es posible establecer una nueva relación con él y aunque parezca mentira, no es peor, solo es distinta y absolutamente reconfortante, eso lo sabemos todos los que hemos perdido a alguien muy querido, pues el velo que separa “A LOS DE AQUÍ Y A LOS DEL OTRO LADO” es muy pero muy frágil, pensamos que la muerte como final del ser no existe, simplemente estamos a un lado o al otro de lo que denominamos realidad por lo que pienso que hay que encarar la vida y la muerte de modo natural y menos dramática, claro que muchos dirán que fácil decirlo de la boca para afuera, pero insisto nosotros ya pasamos por ese trance a no dudar una experiencia nada agradable.

¿Pero cómo vemos a la muerte?, se debe preguntar seguramente más de uno, bueno en esta era de los avances tecnológicos basta mirar a la humanidad la que en el tiempo ha adquirido una gran sabiduría sobre muchas materias, pero que sigue preguntándose aun sobre el porqué de la muerte, claro que para algunos es el final de todo, para otros un paso o tránsito a un nuevo estado de vida y sabiendo que el nacimiento lleva irremediablemente a la muerte, más de uno le huye, la denigra, trata de olvidarla o simplemente la niega.

Es normal que busquemos desechar todo aquello que nos pueda producir daño, sin embargo negar la pena que produce el fallecimiento de un ser querido, un familiar, o un amigo, es simplemente querer huir de una realidad que nos afecta en todos los aspectos llámese: físico, mental y espiritual, lo que nos une con quien nos dejó.

Otra cosa sería que antes de morir nos educáramos en el hecho de que LA MUERTE ES UN PROCESO DE LA PROPIA VIDA y la observáramos como algo natural y sin miedos, "viviendo" ese trance como deseemos, tanto por nuestras convicciones morales o espirituales.

Insisto en aquello de que el tiempo cura los dolores y tarde o temprano terminamos por olvidar (aun cuando puede sonar duro) a ese ser querido que no dejó al extremo que ni siquiera los recordamos y vaya que ejemplos tenemos a montones, de funerales masivos, de mares humanos que acompañan hasta su última morada al fallecido, con ese olor a multitud, pero que con el paso del tiempo todo cambia, se desvanece, se va acabando tanto que en más de una ocasión olvidamos por completo la fecha de su natalicio o la de su fallecimiento, fechas que pasan totalmente desapercibidas y las loas además de golpes de pecho y lágrimas a borbotones terminan siendo parte de la anécdota, es allí donde si compartimos aquello de TODO EN VIDA, PORQUE DE MUERTOS NADA YA SIRVE, y vaya que razón no falta a este pensamiento.

Como reflexión final y tal como siempre lo hemos sostenido que los HOMENAJES, RECONOCIMIENTOS, DISTINCIONES o cualquier otra forma de resaltar a muchos personajes que lo han dado y siguen haciéndolo por Tarapoto, San Martín o el Perú, que sea en VIDA ya después por más golpes al pecho o riachuelos de lágrimas y desbordes de adjetivos calificativos para resaltar sus virtudes o dotes de gente creemos no pasarán de ser hechos meramente circunstanciales que ni siquiera quedarán para el recuerdo, pues NO HAY NADA MÁS INGRATO QUE OLVIDEMOS A QUIENES LO DIERON TODO A CAMBIO DE NADA POR TENER LO QUE TENEMOS Y VIVIR DONDE VIVIMOS, y finalizo esta entrega de miércoles compartiendo este pensamiento de la autoría del reconocido escritor lameño don CARLOS MAKTANGRUNAKA, en relación a la muerte: ¿Por qué morimos?. Por varias razones. Una de ellas es porque, siendo la Tierra un astro muy pequeño, sería imposible que cada persona viviese por muchísimo tiempo, o no muriese nunca. Por ese motivo, la muerte es una sabia invención de la naturaleza, y vaya que razón no le falta, yo quiero a todos mis vivos y también a mis muertos, hasta la próxima. (Puma)